A 60 kilómetros de la ciudad de Porlamar, en la Península de Macanao, se encuentra una de las playas más tranquilas de toda la isla –si no la más relajada de todas–. Sabemos que hasta el momento hemos aportado material sobre una variedad muy intensa de litorales, de todas las características y para todos los gustos, pero lo cierto es que cuando se trata de meditar, de encontrarse con la soledad para olvidar todos los conflictos, la playa que el turista desea es La Pared: una costa de 1.5 kilómetros que si bien es cierto no cuenta con ventajas como hoteles cercanos, servicios recreativos o un repertorio de restaurantes –lo que sin duda hará que muchos le den la espalda al panorama de inmediato–, sí que posee todo lo necesario para las personas que solo buscan sumergirse en un estado paliativo: los atardeceres son realmente espectaculares, la temperatura del agua no es helada como en muchas otras playas –más bien todo lo contrario, pues la misma suele rondar los 27 grados centígrados– y no hay una cantidad molesta de vendedores ambulantes.
Lo único que está asentado en Playa La Pared es una pequeña venta de comida, por lo que le recomendamos al turista que desee asistir llevar sus sillas y, si así se requiere, sus propios alimentos. Este es, sin duda, el litoral para aquellos que desean ahorrar un poco y que no tienen problemas con los estrictos planes de preparación. La costa es larga y casi siempre está despejada, así que si decides ir con tus amigos, practicar deportes como el fútbol o el voleibol puede ser una gran idea.